Ver una obra de teatro, algunas veces, puede tornarse un hecho incómodo. Una incomodidad que provoca una risa nerviosa, un hormigueo en el asiento, un querer meterse a escena para interactuar con el suceso. En esa incomodidad el teatro vive, porque moviliza en el espectador el cuerpo y el deseo; y esto sería distinto con un teatro mal hecho o insincero.

A medida que pasan los años las personas se transforman, y dejan de ser quienes eran para convertirse en una nueva versión de sí mismo. Divinos siervos pone en escena el encuentro de tres amigos de la infancia, separados por la vida, que vuelven a reunirse luego de 20 años. Cambiados, modificados, los reencuentros suelen generar una incomodidad inesperada, una parálisis, un no-saber-cómo-actuar. Y ahí es cuando surge la tragicomedia cotidiana.

El reencuentro se produce a partir de un cruce entre la necesidad y una oportunidad. De niños habían compartido la formación religiosa. De grandes comparten la necesidad de trabajar. Y en los tiempos actuales no abunda la demanda, cosa que complica la posibilidad de una vida digna. Uno de los tres organiza el encuentro para ofrecer una oportunidad laboral. Acuden, pero afectados por el miedo al fracaso. Ninguno sabe cómo puede terminar el encuentro.

Divinos siervos pone al espectador frente a una situación que bordea lo absurdo. Analiza las actitudes de los individuos frente a momentos de incomprensión, cuando las relaciones sociales se convierten en desafíos insalvables, y a la vez inevitables. La obra logra, con precisión admirable, hacer de lo incómodo un acierto escénico; y hacer del tiempo un obstáculo manifiesto.

Ficha técnica

  • Actúan: Anahí Gonzalez Gras, Fer Sierra y Martin Milton Iriarte.
  • Diseño gráfico, audiovisual y fotografía: Lisandro Benjamín Díaz.
  • Diseño de iluminación: Mafer Weber.
  • Dirección: Magalí Eguiluz.

Funciones

  • Sábados de Julio – 22hs.
  • Teatro La Morada (San Martin 771).
  • Reservas con descuento al (0341) 155 088 567.