Luego de la desaparición de Gabriel Fernández Arostegui, un joven de 23 años de quien no se tienen noticias desde el viernes pasado, usuarios del río reclaman mayor seguridad.

En este sentido, sostienen que el patrullaje es escaso y que sólo se realiza en algunos sectores. Consideran que de acuerdo al volumen del tránsito que se produce en el río, los controles no son los adecuados.

Reclaman la importancia de un artefacto denominado sonar, que ayuda a encontrar personas bajo el agua.

En relación a las personas que aún no han sido encontradas en el río sostienen que la fuerza federal encargada del río posee materiales obsoletos, y que no cuentan con un artefacto que se utiliza para detectar objetos sumergidos.