Está prohibido que el proveedor cobre más cara la venta mediante tarjeta de crédito o débito que en efectivo. La estrategia más frecuente al exigir la igualdad de precios es decir que el precio es «único» pero si se paga en efectivo se hace un descuento. La existencia de dos precios le permite al comprador elegir el más barato, por lo cual puede pagar con tarjeta al precio al contado.